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miércoles, 15 de marzo de 2017

El por qué de la inanición de Occidente ante el caos libio - El mayor Robo de la Historia es el del Petróleo Libio

Convertir un país petrolero en un estado fallido es el gran negocio de las compañías petroleras de Occidente. Un petroleo barato. sin aranceles, fuera del control de los estados y libre de compromisos y conflictos laborales... a cambio de armas o como en el caso de Libia pagado con su propio dinero libio confiscado. Negocio redondo. Si encima, esto produce más refugiados... a la agenda sionista de expolio se le une la del socavamiento de los principios culturales de las naciones de Europa y el abaratamiento aún más de la mano de obra para sus multinacionales.

Libia no es el único caso. Irak. Siria, Sudán del Sur, Nigeria  y Yemen entre otros sigue sus pasos.

La crisis no solo ja dejado super-endeudados a bancos y estados, la mayor parte de las corporaciones sionistas también lo están, incluidas las petroleras. Y así como, las eléctricas, suben astronómicamente sus tarifas para poder pagar su deuda, las petroleras necesitan, ya que no pueden subir tanto el petróleo por motivos geopolíticos( joder a Rusia, Irán y Venezuela) necesitan comprar un petróleo barato para ampliar su margen de beneficios. Solo el robado a los estado fallidos se lo da.

Armak de Odelot




Los países occidentales tienen garantizado el beneficio del petróleo libio para ellos. Porque nadie puede hacer ningún negocio en el campo del petróleo en Libia sin su permiso. 

Quiero decir especialmente los países de EEUU, Italia, Francia, UK, Alemania y España. Porque ellos saben por anticipado que nadie hará nada con el petróleo sin su luz verde.

Al mismo tiempo también están muy seguros que nadie puede dar ningún paso contra las compañías Crescent Oil o Oil Ports (pertenecientes a los terroristas) sin antes llegar a acuerdos con estos países.

Por último, todo cuanto ocurre en la región de Crescent Oil y Oil Ports como la destrucción de alguna parte o algún daño, las empresas de estos países van a ganar automáticamente sin competidores todos los contratos de reconstrucción y mantenimiento de los daños o destrucciones, simplemente está en su mano y lo saben por adelantado.

La pregunta es: 
¿quién les paga? Esta es la meta y objetivo de todo cuanto ocurre en Libia.

Ellos se autopagarán con el dinero de los fondos libios congelados en Estados Unidos y los países europeos de una forma muy fácil. Porque los fondos están en bancos norteamericanos y europeos, nadie va a preguntar a cuánto asciende la factura o revisarla o valorar el trabajo o si el proyecto se ha llevado a cabo por compañías norteamericanas o europeas, si merecen este dinero o no, si es barato o caro. Simplemente ponen un precio y cobran el dinero de una forma directa y sencilla, por supuesto siempre bajo la supervisión de Naciones Unidas.

Se trata del mayor trabajo de robo de la historia de la humanidad.

Los recursos y fondos de los libios (el pueblo libio) bajo el control y supervisión de Naciones Unidas y la Comunidad Internacional mediante la resolución de Naciones Unidas va a dejar de existir muy pronto mediante este sucio negocio.

Desde la resolución de Naciones Unidas en el 2011 y los años posteriores hasta hoy han estado negociando con diferentes gobiernos en Libia sobre este sucio negocio, porque saben seguro que nadie se puede enfrentar a ellos y detenerlos o hacer algún comentario al respecto.

Así pues mediante este procedimiento los fondos, recursos e inversiones libias en el extranjero se los van a comer y agotar en los próximos años, en un corto periodo de tiempo amparados en la resolución de Naciones Unidas y agotando los recursos financiando el terrorismo.

Es el mayor juego junto al mayor robo de la historia.

Hace unos días un ministro italiano expresaba su alegría por tener el control de algunas milicias en los puertos petrolíferos de Al Sidra y Ras Lanouf.

Aún recordamos cuando el ejército Nacional libio retomó el control de los puertos petroleros luchando contra las milicias de Jadrán y Crescent Oil (empresa de los terroristas). Todos los países occidentales condenaron esta acción y exigieron al ejército libio que abandonara la región lo más rápidamente posible.

Fue un acto muy extraño por parte de los líderes de los países occidentales. 

Más teniendo en cuenta que cuando esta área petrolófera estaba controlada por las milicias y la exportación de petróleo se detuvo aproximadamente unos 3 años, desde el 2013 al 2016, ninguno de estos mismos gobiernos occidentales hicieron el más mínimo comentario por esta acción. 

Pero tan pronto como volvió al ejército libio legítimo empezaron a bombardear y dieron la orden al ejército libio de abandonar la zona lo más rápidamente posible.

Leonor Massanet


LOS DOS PRINCIPALES RESPONSABLES DEL EXPOLIO Y MATANZAS QUE SUFRE YEMEN: EL REY DE ARABIA SAUDITA Y CHRISTOPHE DE MARGERIEFoto por: fallecido en 2014

ARABIA SAUDITA, DE ACUERDO CON EE.UU. Y LA EMPRESA “TOTAL” ROBAN EL PETRÓLEO YEMENÍ

Un experto en economía, de nacionalidad yemení, acaba de revelar que Arabia Saudita robó las reservas de petróleo de Yemen, con el apoyo del gigante francés de la energía, la empresa Total.

MOHAMMAD ABDOLRAHMAN SEÑALA A LAS TRES POTENCIAS QUE EXPOLIAN YEMEN, SIN QUE NI LA ONU NI LA UNIÓN EUROPEA ADOPTEN MEDIDAS `PARA IMPEDIR UN ROBO ·"TOTAL"
MOHAMMAD ABDOLRAHMAN SEÑALA A LAS TRES POTENCIAS QUE EXPOLIAN YEMEN, SIN QUE NI LA ONU NI LA UNIÓN EUROPEA ADOPTEN MEDIDAS `PARA IMPEDIR UN ROBO “TOTAL”

La dictadura saudita también habría llegado a un acuerdo con Washington para evitar que el Yemen pudiera comerciar con su petróleo.

«Arabia Saudita ha creado un centro petrolífero, en colaboración con la empresa francesa Total, en el sur de la región de Kharkhir cerca de la frontera con Najran y extrae petróleo que no es de su propiedad», dijo el experto economista yemení Mohammad Abdolrahman Sharafeddin a la agencia iraní Fars News.

«El 63% de la producción de petróleo de Yemen se lo lleva Arabia Saudita en cooperación con Mansour Hadi, el presidente yemení, que huyó del país, y sus mercenarios», agregó.

ZONA FRONTERIZA ENTRE ARABIA SAUDITA Y YEMEN, DONDE SE PRODUCE EL EXPOLIO DEL PETROLEO YEMENÍ

En 2014, Christophe de Margerie, Presidente de Total en ese año, visitó la capital yemení de Sanaa para negociar con el Presidente Mansour Hadi y discutir la expansión del gigante francés de la energía. Logró el acuerdo y pocos meses más tarde murió en Moscú de forma repentina.

Según el sitio internet de la Presidencia de Yemen, Christophe de Margerie había considerado que la relación con Yemen era “estratégicamente imprescindible” para el desarrollo de Total.

El experto Mohammad Abdolrahman informa que Riad compra todo tipo de armas con el dinero del petróleo robado al pueblo yemení y financia de esta forma a miles de mercenarios, que se dedican a la caza y captura de opositores chiítas.

En este mes de enero de 2017, la coalición liderada por Arabia Saudí, que apoya al presidente Mansour Hadi, aniquiló a un grupo de rebeldes houthis en la región de Bab el-Mandab, paso esencial para los 3,8 millones de barriles de petróleo del Medio Oriente hacia el mercado occidental.

¿Hay un acuerdo entre Riad y Washington para tener el control absoluto del petróleo yemení?

A finales del año pasado, es decir del 2016, otro experto, Hassan Ali al-Sanaeri, aseguraba que Washington y Riad habían sobornado al anterior gobierno de Yemen para que se abstuviera de explorar y perforar, a pesar de que las investigaciones y evaluaciones realizadas por expertos internacionales, evidenciaban que la reserva de petróleo en Yemen era la más grande de la región del Golfo Pérsico.





Europa compra el petróleo robado por el Estado Islámico

“El EIIL gana cada vez más su independencia financiera debido al apoyo financiero y armamentística que recibe de algunos países árabes y europeos”, dijo Bortnikov en la 37º sesión del Consejo de Jefes de Agencias de Inteligencia y Seguridad de la Mancomunidad de Estados Independientes (MEI), celebrada en Astaná, capital de Kazajistán.
El funcionario ruso también mencionó que, además de la venta del petróleo robado en Siria e Irak a algunos países europeos, el tráfico humano y el de drogas, es otro de los factores que otorgan autosuficiencia económica a este grupo terrorista.
De acuerdo con datos divulgados en los medios rusos, Daesh vende cada barril de petróleo entre 7 y 30 dólares. 
Mientras tanto, la consultora estadounidense IHS, en un informe publicado en octubre, demostró que este grupo takfirí consigue anualmente 800 millones de dólares (unos 627 millones de euros) por la venta de petróleo en el mercado negro.
A principios de septiembre, la embajadora de la Unión Europea (UE) en Irak, la diplomática checa Jana Hybaskova, reveló que algunos Estados miembros del bloque comunitario han comprado crudo iraquí, robado por el grupo takfirí EIIL.
Los funcionarios de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos estiman que los elementos takfiríes ganan más de 3 millones de dólares al día a través de la venta de crudo, el robo y el tráfico de personas.
El EIIL, con miles de integrantes europeos, norteamericanos y de Oriente Medio, comete diversos crímenes de lesa humanidad, tanto en Siria como en Irak, entre ellos ejecuciones sumarias y secuestros masivos.

La maldición del oro negro:
 
el robo de petróleo en Nigeria

“Esta refinería es la única cosa que sé que puede garantizar mi supervivencia” son las palabras de Goodluck, trabajador de una refinería ilegal de Nigeria

El orden mundial en el S.XXI by Adrián Blázquez  / 

“Esta refinería es la única cosa que sé que puede garantizar mi supervivencia” son las palabras de Goodluck, trabajador de una refinería ilegal de Nigeria

Nigeria, un país con gran potencial

Situado en el oeste de África, Nigeria se yergue ante el Golfo de Guinea como la principal potencia económica y política de la región. Con un total de 174 millones de habitantes, es el séptimo país que mayor población alberga en el globo y el más poblado de toda África. 
Su potencial demográfico coincide, o más bien va unido, a una pujante economía (un crecimiento anual del 7%) que desde hace tiempo viene desafiando la hegemonía sudafricana en el continente (recordemos que Sudáfrica se incluye dentro un pequeño y exclusivo grupo, los BRICS, llamado a ser las próximas potencias económicas del planeta). 
La economía nigeriana cuenta con una amplia gama de posibilidades fruto de la vasta capacidad de mano de obra y de los abundantes recursos naturales que posee; entre ellos bauxita (un importante mineral industrial), oro, estaño, carbón, gas y, sobre todo, petróleo. 
La consumación de este proceso se hizo patente en 2013 cuando Nigeria superó a Sudáfrica en términos de PIB (370.000 millones de euros frente a los 350.000 sudafricanos, según el FMI), convirtiéndose así en la primera economía de África.

Realidades encontradas

Sin embargo, las grandes cifras macroeconómicas no dejan entrever la realidad subyacente en el país. El PIB hace referencia al tamaño de la economía pero no tiene por qué ir unido necesariamente a cuestiones cualitativas. El PIB per cápita de Sudáfrica (6000 euros anuales) continúa siendo superior al de Nigeria (2000 euros). 

La economía real dista de ser la ideal, con unas estimaciones que arrojan cifras verdaderamente preocupantes: tasa de paro del 88%, significativa desigualdad entre las capas más altas de la sociedad (una poderosa y privilegiada minoría) y las más bajas, conformada por un grueso de población tal que apenas deja visos de vislumbrar cualquier cosa parecida al concepto de clase media que tenemos en Occidente. 
El 60% de la población sobrevive con menos de un dólar al día, cifras realmente preocupantes arropadas por un informe del Servicio Nacional de Estadística de 2014, en el que se señala que el 69% de la población se encontraba bajo el umbral de la pobreza; puesto 17 en el ranking de fragilidad de Estados, con una tendencia que no ha hecho sino aumentar desde 2006. 

Para más inri, y fiel reflejo de la inestabilidad política y social que azota al país, según Havoscope, una destacada página web dedicada a la recopilación de datos e información sobre el mercado negro a nivel global, el precio medio de un fusil AK-47 en el Delta del Níger ronda los 75 dólares.

MÁS INFORMACIÓN: El mercado negro en Nigeria 

Economía y petróleo

Casi la totalidad de la producción petrolera de Nigeria se ubica en el Delta del Níger, un espacio que apenas representa el 8% del territorio nacional y que desde hace décadas se encuentra asolado por innumerables conflictos bélicos entre poblaciones locales, empresas petroleras, el Gobierno y otros actores. 
Considerado uno de los diez ecosistemas pantanosos y marino-costeros más importantes del mundo, es a la vez una de las diez regiones más contaminadas de todo el planeta, y el hogar de más de 30 millones de personas. 
Imagen aérea del Delta del Níger
Imagen aérea del Delta del Níger

Nigeria es el decimotercer productor de petróleo del mundo, donde un 80% del PIB viene determinado por la extracción y venta de crudo. El petróleo ha sido enarbolado como la bandera del progreso del país y como símbolo de la prosperidad a alcanzar en el futuro. 
Sin embargo, este preciado recurso natural ha sido a la vez causa y detonante de numerosos problemas y conflictos que asolan a la nación, en especial la región del Delta. 
Resulta paradójico que la mayor contribución al PIB más grande de África sea a la vez fuente de riqueza y de desigualdad, de oportunidades y de explotación. 
Su extracción ilegal y posterior venta en otros mercados supone una lacra para la economía nacional. 

La consecuencia más directa es la pérdida de millones de dólares que jamás llegarán a las arcas públicas, una cantidad nada despreciable que podría utilizarse en políticas públicas y sociales, para llevar a cabo programas de ayuda e integración social destinados a combatir la pobreza y la marginalidad, posos de una dura realidad socioeconómica y cultural que constituyen una de las principales causas de los altos niveles de delincuencia. 
No es sólo perjudicial para la sociedad las cantidades que se dejan de percibir, sino que el tipo de actividades que financian estas prácticas constituye otra dimensión a tener en cuenta. 
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Además de la incidencia en el apartado económico, la existencia de refinerías ilegales de petróleo también debe ser vista como espacios en los que se vulnera de forma flagrante cualquier derecho laboral del trabajador, tanto los recogidos en el marco nacional (por escasos que puedan llegar a ser) como los establecidos por la jurisprudencia internacional, por no mencionar los altísimos costos medioambientales que este tipo de prácticas (llevadas a cabo sin ningún tipo de control) pueden dañar de manera irreversible los ecosistemas de aquellas zonas que albergan este tipo de refinerías. 
No requiere un gran esfuerzo mental imaginarse la devastación que puede causar el vertido de crudo por parte de una tubería dañada durante varios días. Hace algo más de un año, un informe de Amnistía Internacional resaltaba los problemas que está ocasionando en el Delta del Níger el vertido de petróleo y subrayaba la necesidad de centrar el foco mediático sobre este tema y la imperiosa necesidad de tomar medidas al respecto. 
Si bien es cierto que la amplia mayoría de las denuncias por parte de grupos ecologistas señalan directamente a las grandes compañías como Shell, los métodos empleados en la extracción ilegal de crudo no hacen sino agravar este acuciante problema.

MÁS INFORMACIÓN: Shell, ONGs y medio ambiente 
El Gobierno dispuso en 2012 una campaña militar con el fin de hacer frente a este tipo de prácticas. Los resultados de dichos operativos en el transcurso de un año hablan por sí solos de la enorme magnitud del fenómeno: 2.000 sospechosos arrestados, 30.000 bidones de productos y cientos de barcos y botes de aprovisionamiento destruidos en 2012. 
No obstante, existe en el ambiente un escepticismo generalizado respecto al éxito que puedan llegar a albergar este tipo de medidas, pues la falta de oportunidades y la crítica situación socioeconómica junto con la complicidad de ciertos sectores políticos y militares constituyen los principales componentes sobre los que se cimenta esta práctica.

Bunkering y robo

La palabra bunkering hace referencia al aprovisionamiento de combustible a un buque, sin embargo su aplicación en este contexto se ha hecho de tal forma que siempre connota ilegalidad. En el presente artículo hablaremos de “robo de petróleo”, pues no todo elbunkering es ilegal, ni todo el petróleo robado se destina a este tipo de actividad; por ejemplo, también puede ser llevado a plantas de refinamiento para ser procesado. 
Las personas que se dedican a este tipo de actividad, ya sea el robo o el trabajo en refinerías ilegales, suelen ganar una media de entre 50 y 60 dólares al día, una cantidad superior a la que lograrían percibir en numerosos trabajos y que parece compensar sumamente la precariedad laboral y los riesgos que entrañan para la salud. 
La mayor parte del crudo se envía directamente a alta mar; tan sólo el 10% es refinado localmente. 

Suele ser frecuente escuchar a los trabajadores justificar el robo como un medio para beneficiarse del petróleo, que afirman “es de todos”, y de cuya explotación sacan principalmente beneficio las grandes petroleras internacionales.
La extracción se produce a plena luz del día aprovechando que los miles de kilómetros de tuberías que bombean el petróleo desde el corazón de Nigeria hacia las ubicaciones de las principales refinerías no pueden estar continuamente bajo vigilancia. 

Se taladra directamente en ellas y acto seguido se coloca una manguera para proceder a la extracción y finalmente bombearlo y cargarlos en barcazas. 

La mayor parte del crudo sustraído es fruto de las extracciones producidas directamente en los pozos y en las terminales de exportación, es decir, aquellos lugares donde se procede a la carga y descarga de este producto en grandes buques petroleros, dado que la mayor parte del transporte de este recurso natural, como del comercio internacional, se realiza por vía marítima.
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Imagen de las barcazas que transportan el crudo por los ríos
Una vez obtenido el producto, éste es destinado a dos mercados fundamentalmente: interno y externo. 

La comercialización del crudo en el mercado nacional no necesita más que su transporte en camiones cisterna o en vehículos cargados de barriles para la venta posterior. 

La sencillez del primer proceso contrasta con la complejidad del segundo, que requiere una tarea más laboriosa. La topografía del Delta del Níger impide el acercamiento a la costa de los barcos petroleros, por lo que el petróleo debe ser transportado en pequeñas barcazas hasta las diferentes desembocaduras donde esperan los grandes buques para ser cargados. Este es el proceso al que hace referencia el término illegal bunkering

Una vez cargados, los barcos se dirigen a lugares como Estados Unidos, China, Brasil o Sudáfrica. También se da la posibilidad de que el cargamento cambie varias veces de propietario durante el viaje, aumentando así la opacidad y dificultando la identificación del lugar de origen.
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Según un informe emitido por el Real Instituto de Relaciones Internacionales británico, la extracción ilegal de crudo alcanza la cifra de 100.000 barriles diarios, una actividad que se encuentra “casi completamente fuera del radar de la comunidad internacional”. 
La violencia y desestabilidad imperante en la región junto con la corrupción generalizada y las grandes reservas petrolíferas del país, ofrecen una excelente oportunidad de lucro para las distintas bandas de crimen organizado así como una importante vía de financiación para los grupos terroristas. 

El informe, además, pone el ojo sobre distintos miembros del Gobierno y del Ejército que podrían estar beneficiándose de esta práctica. 
Mientras que el petróleo extraído legalmente se transporta a EE.UU, Europa y Asia, el robado se envía a refinerías a lo largo de la costa oeste africana. 
Una vez refinado el petróleo, va destinado a países importadores con gran demanda de consumo, tales como Estados Unidos, China o Brasil. 
Finalmente, cabe destacar que en el mismo informe, el instituto ha llamado la atención sobre la escasa repercusión mediática que tiene este fenómeno en la comunidad internacional pero que afecta gravemente y de forma directa al Delta del Níger así como a los precios del petróleo en el mercado internacional.
El Gobierno calcula que semanalmente se roba cerca de una sexta parte de todo el petróleo producido en el país. Shell Petroleum Development, la principal compañía explotadora, estima que diariamente le son sustraídos entre 55.000 y 60.000 barriles. 
En una entrevista al periódico británico The Guardian, un asesor de seguridad de la compañía señala que los ladrones taladran directamente las tuberías y lo cargan en camiones y barcazas para, posteriormente, ser remolcado al mar en embarcaciones donde esperan los petroleros. 
Asimismo, afirma que frecuentemente las embarcaciones embargadas empleadas en este tipo de actividades desaparecen de la custodia de la policía, dando lugar a una considerable profusión de rumores sobre la implicación de altos mandos oficiales nigerianos en este negocio. 
Las sospechas del lucro político con este tipo de prácticas son generalizadas, pues diversos observadores afirman que en épocas cercanas a las elecciones, el robo aumenta de 100.000 barriles diarios a casi el doble, en buena parte para la compra de votos o la financiación de campañas electorales.
Finalmente, el informe remarca la necesidad de tomar medidas al respecto para acabar con este proceso, cuya extensión en el tiempo podría acabar fortaleciendo fenómenos potencialmente desestabilizadores para la región y para otros gobiernos, como la piratería o el narcotráfico. 
Para hacer frente al problema se incide en la necesidad reforzar los controles de legalidad del crudo, sin llegar a restringir el comercio con Nigeria. Otra medida es acabar con el blanqueo de capitales, actividad consustancial al problema. Es de trascendental importancia “seguir el rastro del dinero” que a través de distintos entramados financieros que retorna a Nigeria como dinero lavado.
Como hemos visto, la cuestión tratada en este artículo centra el foco sobre una realidad no muy conocida y sumamente compleja. 
La ola de conflictos y violencia que azota la región del Delta desde hace décadas, los conflictos con las petroleras y las multinacionales así como los desastres medioambientales ligados a éstas, son sólo una parte de los problemas a los que el Gobierno tiene que hacer frente. 
Un Gobierno entre cuyas filas prospera la corrupción y que paralelamente tiene que combatir otras realidades en el plano nacional como la ola de pobreza y desigualdad que asola todo el país, la creciente amenaza del terrorismo y la consolidación del crimen organizado que hace del tráfico de drogas, armas y la trata de personas su principal emblema. 
Es necesario que el Gobierno implante medidas inmediatas destinadas a obtener un mayor control de los recursos del Delta y a garantizar una mayor redistribución de los beneficios; sin embargo, tanto por la propia dimensión del problema (comercio en los mercados internacionales) como por la crítica situación que afronta el país, es necesaria la participación de otros actores internacionales. 
Son cada vez más las voces que, ante la falta de apoyos y recursos suficientes, ponen en duda la capacidad real del Estado para afrontar este asunto de forma individual y reclaman un papel más activo de la comunidad internacional en un contexto que parece evidenciar la necesidad de que ésta se replantee sus objetivos y prioridades.
Parafraseando a Vicente Fox, expresidente de México: “¿Puso el diablo el petróleo en Nigeria?”


Adrián Blázquez

Adrián Blázquez Lacunza (La Rioja, 1992). Graduado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y estudiando el Máster en Política Internacional de la misma universidad. Apasionado de la historia, la política y las relaciones internacionales. Simpatizante del Frente Popular de Judea.

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